Noche. Noche encantada, ligera, hechizada. Noche de estrellas fugaces, de deseos absurdos y locos, casi asombrosos. era la noche de esa semana en la que cada uno expresa su deseo más íntimo a las estrellas fugaces. Todos estábamos allí, en la orilla de aquella playa de blanca arena, Tania, Roberto, Isabel, que se había recuperado de la mordedura de la culebra, y muchas personas más. Pero, sobre todo, estaba Jaime. No habíamos vuelto a hablar desde aquel día en que nos habíamos besado. Casi me había evitado. De vez en cuando, intentaba captar su mirada, pero él parecía no verme. Es decir, me daba cuenta de que, a pesar de que él miraba en mi dirección, cuando yo intentaba de cruzarme con sus ojos jamás me lo permitía, su mirada nunca se cruzaba con la mía. Era como si me rehuyese. Bah, no hay quien entienda a ciertos chicos. Aunque, a decir verdad, tampoco tenía muchos chicos con los que comparar. Jaime era el primero que había besado...y, sobre todo, ¡el único! Pero eso no me preocupaba, al contrario, en cierta manera me hacía sentirme más segura. Sí, ya sé que no me estoy explicando muy bien, pero hay cosas que en cuanto las pruebas son así y basta. En fín, que estábamos todos alrededor de una hoguera, habíamos extendido unas toallas sobre la arena, con la finalidad de no mojarnos el culo, pero la humedad era tan alta que acabé mojándome los vaqueros.
-¡He visto una! He pedido mi deseo.
-¡He visto otra!
-¡Yo también, yo también la he visto!
-¡Pues yo no consigo ver ninguna!-creo que me están tomando el pelo, ¿cómo es posible que ellos consigan verlas siempre y yo no?-. Disculpad...Quiero haceros una pregunta. ¿Qué pasa si dos personas ven la misma estrella? ¿El deseo vale la mitad?
Todos me miran mal. Pero, sea como sea, yo les he transmitido a duda. Veo que Roberto escruta a Jaime, que Jaime mira a Isa, quien, a su vez, mira a Tania, que, tras mirar al resto del grupo, en esta ocasión se limita a encogerse de hombros.
-No lo sé- admite, derrotada.
U para mí eso supone ya ya una gran victoria. Después, trato de recuperar terreno.
-No, en una ocasión leí en una revista que, en cualquier es un simple de reflejo de algo que sucedió hace años luz, y que vale por completo para el que la ve...
Jaime exhala un suspiro.
-Menos mal...
¡A saber que deseo habrá pedido!
Luego Jesús saca de su funda oscura de piel una guitarra, último modelo, según asegura. Jesús Martínez es un tipo que viste de manera impecable. Bueno, al menos eso dice él. No hace sino vanagloriarse de sus elecciones y citar toda serie de tiendas, que yo si os soy sincera, no he oído mencionar en mi vida. Lleva unas camisas absurdas absurdas de rayas con un sepercuello azul celeste con superdoble botón y unos puños del mismo color. A Jesús en estas vacaciones le ha pasado de todo. Por mencionar solo una anécdota, el mismo día en el que le robaron el coche a su padre, mientras estaba en la heladería que hay justo antes de llegar al pueblo, le robaron la bicicleta. ¡De forma que el padre y el hijo se encontraron se encontraron en la heladería y se lo contaron el uno al otro! Se abrazaron divertidos. Quiero decir que a ninguno de los dos les importaba lo más mínimo el robo, porque su padre era empresario y tenía dinero para dar y regalar. A ver quién es el guapo que se atreve a negar que eso es un insulto a la pobreza.
-Esta guitarra la usó Alejandro Sanz en su primer concierto.
Luego se queda pensativo y comprende que lo que acaba de decir no se lo cree nadie.
-Quiero decir que es el mismo modelo...
-Ah...
Y empieza con unos acordes. A continuación mira la luna como si buscaseinspiración. Permanece así con los ojos cerrados, en silencio, delante de la hoguera que hemos encendido. Tengo la impresión de que no se acuerda de la letra. De ninguna canción. Sea como sea, al final se encoge se hombros y se lanza:
- <<Oh, mar negro, oh, mar negro, oh, mar ne... Tú eras claro y transparente como yo...>>
Lo sabía, lo sabía. Es la misma que cantó hace un año. ¡Y también el año anterior! ¡La verdad es que, con todo el dinero que tiene, en lugar de comprarse una bicicleta nueva se podría pagar algunas canciones de guitarra!
Me acerco a Jaime y se lo digo al oído:
-Creo que sólo se sabe ésa...
Él se echa a reír.
-Ven.
Me coge de la mano y tira de mí y casi nos caemos al fuego y nos quemamos y saltamos con las dos piernas y nos reímos y nos alejamos corriendo hacia la oscuridad de la noche, con la respiración entrecortada a causa de la carrera, y me arrastra tras él y nos hundimos en la arena fría. Apenas puedo seguir sus pasos.
-¡Eh, ya no puedo más!
Y, de repente, se detiene delante de una barca con una vela grande que está apoyada allí, en unos caballetes, con la proa de cara al mar. Casi parece estar lista para adentrarse en el agua, hacia la oscuridad de un horizonte desconocido. Pero no es así. De fondo, se ve la luna, una gran luna llena, blanca, como nunca la había visto, que se refleja en las aguas de ese inmenso mar.
Jaime se apoya en el casco de la barca. Me acerco a él jadeando.
-Por fin... ya no aguantaba más.
E inesperadamente me atrae hacia sí. Y me da un beso que me envuelve, que casi me rapta, me aspira, me succiona... Bueno, no sé como explicarme... Todavía no tengo tanta práctica. Pero, en fin, que se apodera de mí y me deja sin aliento, sin fuerzas y sin pensamientos. Y os juro que la cabeza comienza a darme vueltas, y entonces abro los ojos y veo las estrellas. Y por un instante veo pasar una luz por encima y me gustaría decir ahí está, mi estrella fugaz, querría expresar mil deseos, pese que al final solo tengo uno: él. Ha llegado el momento y no tengo necesidad de pedir nada. Mi deseo ya se ha cumplido. Soy feliz. Feliz. ¡Soy feliz! Y me encantaría poder gritárselo a todo el mundo. Pero, en cambio, permanezco en silencio y sigo besándolo. Y me pierdo en ese beso. Jaime..., Jaime... Pero ¿es esto el amor? ¡Y sabemos a sal, a mar y a amor! Bah, sí, quizá sea eso. Y nuestros labios son muy suaves, como cuando luchas sobre uno de esos botes neumáticos y resbalas, pierdes el equilibrioy te ríes y te caes al agua. Y entonces tragas un poco, te ríes y reemprendes la lucha. Sólo que la nuestra no es una lucha. ¡No! Los nuestros son besos dulces, primero lentos y después repentinamente veloces que se mezclan con el viento de la noche, con el ruido de las olas y el sabor a mar. Y yo respiro profundamente. Y casi lo susurro entre dientes.
-Por fin...
Jaime aguza el oído y también el susurra entre dientes.
-¿Por fin qué?
-Por fin has vuelto a besarme.
-Eh...-Me sonría en la penumbra-. No sabía que te había gustado.
Esta vez la que sonríe soy yo, y no sé que más decir. ¡Claro que me gustó! Me gustó un montón. Quizá en ciertos casos es mejor no decir nada para no parecer banales, de modo que sigo besándolo tranquila. Como cuando una está relajada ¿sabeis? Y me gusta porque siento que me acaricia lentamente en la mejilla, luego introduce la mano en mi pelo y yo apoyo mi cabeza en ella...¿Sabéis ese tipo de cosas que se ven en ciertas películas y te gustan a rabiar? E incluso se oye una música a lo lejos como la de Jesús, que siempre es la misma, una música más fuerte que la de cualquier discoteca. No me lo puedo creer. Han elegido para nosotros una canción de Liga, Quiero querer. Y todo esto me gusta un montón y me abandono aún más. <<Quiero encontrarte siempre aquí cada vez que lo necesite. Quiero querer todo y lograr no crecer. Quiero llevarte a un sitio que no puedes conocer.>> Esas palabras parecen perfectas... Cierro los ojos mientras canto para mis adentros y le beso tranquila, serena, segura pero, de repente... oigo algo. Un movimiento extraño. Dios mío, ¿qué será? No, quizá me haya confundido. ¡De eso nada! ¡Es mi cinturón! ¡Sí! ¡Socorro! Ha metido la otra mano en mi cinturón. ¿Mi cinturón? Sí, me lo está desabrochando. Y ahora ¿que hago? Menos mal que lo resuelve todo él.
-¿Puedo?- me pregunta esbozando una sonrisa.
¿Y qué l dices en un momento similar? <<Claro, por favor>>... ¿Claro,porfavor? ¡De eso nada! O: <<Sí, sí, aprovéchate>>... ¿Aprovéchata? No, no puedo decirle eso! Es decir, un poco me lo imagino... Pero no sé muy bien lo que de verdad está pasando. Al final asiento a media con un gesto de la cabeza. Y Jaime no se hace de rogar. Acelera de repente y parece que le entra una hambre repentina y respira cada vez más deprisa, de modo que casi empieza a preocuparme. Pero derepnte se ollen unos pasos detrás nuestra, y él frena de improviso. Paro de besarlo y me doy la vuelta, para ver de quién puedo tratarse.
-Perdonad...pero esque vamos a irnos a tomar un helado todos juntos, ¿os quereis venir? aunque si estais muy ocupados no pasa nada- Dice Tania medio riéndose.
Yo asiento rapidamentecon la cabeza avergonzada, ¡A saber cuánto tiempo ha estado detrás nuestra!
Mientras vamos camino a la heladería pienso en que hubiera pasado si Tania no nos hubiera interrumpido... solo de pensarlo me entra un escalofrío, y esque todavía no estoy preparada...
Holaaa! bueno lo primero, y como dije en la ultima entrada, siento mucho no haber publicado antes! :(
Espero que os guste el capítulo! a lo mejor alguien esperaba más, pero ando un poco mal de inspiración ultimamente... :(
Quería deciros, que hasta el fin de semana de la semana que viene no podré publicar, la razón es que me voy una semanita a Córdoba, y desde allí no podré escribir, asique no sé si luego me dará tiempo a hacer otro capítulo (que no creo porque tengo que hacer la maleta y todo) y programo la entrada, pero no creo que me de tiempo....
Os quería pedir un favor, que os pasaseis por mi blog de diseños: Love Desings ♥ y que pidieseis algo, o simplemente que lo veais, esque esta un poco abandonado... :(
Bueno muchas gracias por mis 16 seguidores ya! no me lo creo! :D
Ya me despido!
Adiooos!
Un besazoo!