Estoy sentada en la parada del autobús que me lleve a casa, me fijo en la gente que pasa con sus coches, para así entretenerme hasta que llega el autobús. En uno de los tantos coches diviso a Jorge, un chico de la clase de al lado.
Sin saber por qué me viene a la mente el recuerdo del día de la confirmación de Jorge, nos había invitado a su casa por la tarde. Acudimos todos y la verdad es que no estuvo nada mal. Por las ventanas entraba un sol agradable y habían preparado un bufet de esos tan ricos, donde hay sándwiches como es debido que no están secos y el pan es alto y esponjoso, de esos sabrosos, y para todos los gustos. Basta apartar el de arriba en caso de que no te apetezca y seguir buscando por debajo hasta encontrar el justo. El justo... ¡aunque luego resulta que no hay ninguno justo! Sería mejor decir el que te gusta; yo qué sé, por ejemplo, yo buscaba el de caviar, y hay que admitir que estaba bien bueno. O también me habría parecido bien uno de esos untados con un queso fuerte, de esos que huelen tanto y arriba unas lonchitas de salmón ahumado que me encantan, pero que casi nunca como, aunque sólo sea por la remota posibilidad de tener que besar a alguien, cosa que, por entonces, todavía no había ocurrido. Suponed que ese chico se acerca por fin, quizá abre la boca y... le basta con sentir el aliento a queso y salmón para caerse de espaldas. De forma que no me planteaba de ninguna manera probar uno. Pues bien, que en cualquier caso era un bufet impresionante, había incluso pizzas pequeñas rojas, de las que venden en Luigi's, en la calle de la Paloma, frescas y rebosantes de tomate y mozzarela, con todas las convinaciones de ingredientes más apetitosos que te puedas imaginar.
Alis estaba allí, prácticamente echada sobre el bufet, feliz como unas pascuas, como dice siempre la abuela Luci. Y yo no acabo de entender a qué se refiere. Vamos a ver, ¿es que uno en Pascua debe sentirse a la fuerza feliz? Recuerdo que, por ejemplo, Alejandra, mi hermana, rompió con su novio precisamente en Pascua. ¡Y esos días fueron dramáticos para ella! Había comprado un huevo con sorpresa dentro y permaneciótodo el día sentada enfrente de una mesa sin dejar de mirarlo, y puedo asegurar que no se sentía nada feliz, ¡al contrario! Entonces, en ese caso, ¿cómo se dice? ¿Triste como una Navidad? Aunque tal vez Pascua esté bien. Bueno, será mejor que lo deje porque, de todas formas, al final Alejandra rompió el huevo y, antes de que hubiera acabado de comerse el chocolate, ya estaba saliendo con otro, pero esa es otra historia.
En esta fiesta, sin embargo, lo más extraño era el comportamiento de Alis. Quiero decir que, mientras devoraba todos aquellos sándwiches y pizzas, colocaba a la vez algunos en el plato, ¡como si tuviera miedo de que se pudiesen acabar! Deberíais haberla visto, parecía un pulpambre, es decir, un pulpo del hambre. No existe animal semejante, sólo sé que Alis movía las manos como si tuviese mil en lugar de dos. Con una comía, con la otra cogía de nuevo una pizza y se la llevaba a la boca o dejaba una en el plato, en pocas palabras, ¡parecía una máquina de gerra o, mejor dicho, una máquina de hambre!
Yo, en cambio, estaba un poco a dieta, de forma que deambulaba por la sala, como cuando o tienes nada que hacer y te aburres y entonces miras las fotogrfías con el objetivo de conocer un poco más a aqulla familia: la de los padres jóvenes el día de su boda, y después la de los padres de los padres cuando se casaron, y luego las primeras fotografías de Jorge cuando era niño, que son casi idénticas a las mías...; quiero decir que cuando somos pequeños todos nos parecemos, abrimos los ojos desmesuradamente delante de la cámara y, desde luego, no podemos ni imahinar lo que sucederá en el futuro.
Pues bien, llegado a un punto, miro alrededor y me doy cuenta de que, sin saber por qué, casi todos los chicos que estaban en la sala han desaparecido. Me acerco a Mario Villanueva. Un chico simpático. Bueno, quizá simpático sea una palabra exagerada. En fin, que de vez en cuando te hace reír. Lleva unas gafas enormes y brackets, y su madre, una tal María Luisa, está siempre encima de él.
-Pero ¿adónde han ido todos?
Se vuelve sobresaltado. Tiene un extraño canapé en las manos y trata por todos los medios de quitar la mayonesa porque no le gusta. La unta en el mantel que cubre la mesa. Cuando lo llamo da un brinco tan grande que el canapé sale volando, girá sobre sí mosmo y aterriza sobre el mantel, mezclándose con la mayonesa y echando a perder todo el trabajo que ha realizado hasta ese momento.
-¡Eh! ¿Qué quieres?
-Te he preguntado dónde están los demás. ¡No veo a ninguno de los chicos!
-Están allí.
Me indica enfadado un pasillo oscuro.
-Vale, gracias.
Mario coge de nuevo el canapé y vuelve a concentrarse en quitar la mayonesa, como si eso fuera lo único que le interesase. Yo enfilo el pasillo: en la pared hay colgados unos viejos cuadros, veo también una estantería de madera y, encima de ella, un jarrón. Lo reconozco: es el que hicimos el año pasado en artesanía. Dentro cabe alguna que otra flor seca, dado que es de cerámica, ¡pero está tan mal hecho que si metes agua dentro corres el riesgo de inundar el parquet y de hacer brotar en él, alguna flor!
Jorge no fue capaz de hacerlo bien, ¡tiene un montón de grietas! A mí me salió mejor, me pusieron un bien, pero luego, cuando lo llevé a casa desapareció. Tengo que averiguar qué pasó. Sospecho que mi hermana se lo regaló a alguno de sus novios y que incluso se inventó que lo hizo ella. En caso de que sea así, no sabe lo que se arriesga, porque abajo escribí Marina 1ºC. La verdad es que no importa, porque si eso llegase a ocurrir ella sabría salir airosa.
Bueno, veo una luz. La habitación que hay al fondo del pasillo tiene la puerta entornada. Hay un extraño silencio. Me acerco de puntillas y me apoyo en la puerta. Quizá no haya nadie. No, no. Miro por el hueco de la puerta, todos están allí, algunos sentados en la cama y otros en el suelo. Pero ¿a qué se debe ese silencio tan inusual?
-Ohhhh.
De repente se produce una exclamación de estupor y akgún que otro comentario que no condigo entende. Abro la puerta y todos se vuelven de golpe, asombrados, atónicos, mudos, casi asustados.
-¿Qué estais haciendo?
Jorge es el más rápido de todos.
-No, no, nada... -dice mientras trata de tapar lo que hay sobre la cama, en medio del grupo. Sólo que alguien la sujeta aderde y, gracias a eso, puedo verlo. Unas imágenes, unas fotografías y sin poder evitarlo me quedo boquiabierta.
-Nooo. No me lo puedo creer.
Tienen una revista porno, con hombres y mujeres desnudos.
Jorge intenta cerrar de nuevo la revista, pero Kike, que siempre ha sido un cerdo muerto de hambre al que conocemos de sobra todas mis amigas y yo, le sujeta el brazo.
-De eso nada, que mire, quizá así nos pueda dar su interpretación...-Y luego me escruta con cara de salido. Y sonríe, el muy cerdo. -¿Y bien, Marina? ¿Qué te parece?
Hago una mueca y sonrío con más malicia que él.
-Lo siento Kike, pero tengo mejores cosas que hacer ¿sabes? como tener vida social y tal...
Justo en ese momento siento una mano en mi hombro.
-¿Qué estáis haciendo, chicos?
Es la madre de Jorge.
La revista desaparece por arte de magia, acaba bajo la almohada de la cama y Kike se tira encima para sentarse sobre ella.
-¿Y tú, Marina, qué estabas diciendo?
-Decía que no está bien que os marcheis de esa manera...
-Pues sí, tiene razón.
-Sí, mamá, estábamos poniéndonos de acuerdo para el partido de fútbol que jugaremos el domingo...
-Sí, lo sé, Jorge, pero no es de buena educación. Vamos..., el resto del grupo está en la sla, venga, id a hablar allí.
De manera que, lentamente, uno detrás de otro, Kike, Jorge y el resto de los cachondos abandonan el cuarto y la madre cierra la puerta una vez han salido todos.
-Vamos, id a la sala, que voy a sacar la tarta.
-Sí, mamá.
Y ella esboza una sonrisa. Y Jorge vuelve a ser unos de los mejores niño del mundo. Al menos, eso es lo que cree su madre.
Bueno... otro capítulo terminado, en este a lo mejor esperábais otra historia, pero me decanté por esta JAJA, el próximo capítulo contaré el final de lo transcurrido en la fiesta.
Espero que os haya gustado, aunque es un poco corto.
Comentar plis (:
Kisses*
Sin saber por qué me viene a la mente el recuerdo del día de la confirmación de Jorge, nos había invitado a su casa por la tarde. Acudimos todos y la verdad es que no estuvo nada mal. Por las ventanas entraba un sol agradable y habían preparado un bufet de esos tan ricos, donde hay sándwiches como es debido que no están secos y el pan es alto y esponjoso, de esos sabrosos, y para todos los gustos. Basta apartar el de arriba en caso de que no te apetezca y seguir buscando por debajo hasta encontrar el justo. El justo... ¡aunque luego resulta que no hay ninguno justo! Sería mejor decir el que te gusta; yo qué sé, por ejemplo, yo buscaba el de caviar, y hay que admitir que estaba bien bueno. O también me habría parecido bien uno de esos untados con un queso fuerte, de esos que huelen tanto y arriba unas lonchitas de salmón ahumado que me encantan, pero que casi nunca como, aunque sólo sea por la remota posibilidad de tener que besar a alguien, cosa que, por entonces, todavía no había ocurrido. Suponed que ese chico se acerca por fin, quizá abre la boca y... le basta con sentir el aliento a queso y salmón para caerse de espaldas. De forma que no me planteaba de ninguna manera probar uno. Pues bien, que en cualquier caso era un bufet impresionante, había incluso pizzas pequeñas rojas, de las que venden en Luigi's, en la calle de la Paloma, frescas y rebosantes de tomate y mozzarela, con todas las convinaciones de ingredientes más apetitosos que te puedas imaginar.
Alis estaba allí, prácticamente echada sobre el bufet, feliz como unas pascuas, como dice siempre la abuela Luci. Y yo no acabo de entender a qué se refiere. Vamos a ver, ¿es que uno en Pascua debe sentirse a la fuerza feliz? Recuerdo que, por ejemplo, Alejandra, mi hermana, rompió con su novio precisamente en Pascua. ¡Y esos días fueron dramáticos para ella! Había comprado un huevo con sorpresa dentro y permaneciótodo el día sentada enfrente de una mesa sin dejar de mirarlo, y puedo asegurar que no se sentía nada feliz, ¡al contrario! Entonces, en ese caso, ¿cómo se dice? ¿Triste como una Navidad? Aunque tal vez Pascua esté bien. Bueno, será mejor que lo deje porque, de todas formas, al final Alejandra rompió el huevo y, antes de que hubiera acabado de comerse el chocolate, ya estaba saliendo con otro, pero esa es otra historia.
En esta fiesta, sin embargo, lo más extraño era el comportamiento de Alis. Quiero decir que, mientras devoraba todos aquellos sándwiches y pizzas, colocaba a la vez algunos en el plato, ¡como si tuviera miedo de que se pudiesen acabar! Deberíais haberla visto, parecía un pulpambre, es decir, un pulpo del hambre. No existe animal semejante, sólo sé que Alis movía las manos como si tuviese mil en lugar de dos. Con una comía, con la otra cogía de nuevo una pizza y se la llevaba a la boca o dejaba una en el plato, en pocas palabras, ¡parecía una máquina de gerra o, mejor dicho, una máquina de hambre!
Yo, en cambio, estaba un poco a dieta, de forma que deambulaba por la sala, como cuando o tienes nada que hacer y te aburres y entonces miras las fotogrfías con el objetivo de conocer un poco más a aqulla familia: la de los padres jóvenes el día de su boda, y después la de los padres de los padres cuando se casaron, y luego las primeras fotografías de Jorge cuando era niño, que son casi idénticas a las mías...; quiero decir que cuando somos pequeños todos nos parecemos, abrimos los ojos desmesuradamente delante de la cámara y, desde luego, no podemos ni imahinar lo que sucederá en el futuro.
Pues bien, llegado a un punto, miro alrededor y me doy cuenta de que, sin saber por qué, casi todos los chicos que estaban en la sala han desaparecido. Me acerco a Mario Villanueva. Un chico simpático. Bueno, quizá simpático sea una palabra exagerada. En fin, que de vez en cuando te hace reír. Lleva unas gafas enormes y brackets, y su madre, una tal María Luisa, está siempre encima de él.
-Pero ¿adónde han ido todos?
Se vuelve sobresaltado. Tiene un extraño canapé en las manos y trata por todos los medios de quitar la mayonesa porque no le gusta. La unta en el mantel que cubre la mesa. Cuando lo llamo da un brinco tan grande que el canapé sale volando, girá sobre sí mosmo y aterriza sobre el mantel, mezclándose con la mayonesa y echando a perder todo el trabajo que ha realizado hasta ese momento.
-¡Eh! ¿Qué quieres?
-Te he preguntado dónde están los demás. ¡No veo a ninguno de los chicos!
-Están allí.
Me indica enfadado un pasillo oscuro.
-Vale, gracias.
Mario coge de nuevo el canapé y vuelve a concentrarse en quitar la mayonesa, como si eso fuera lo único que le interesase. Yo enfilo el pasillo: en la pared hay colgados unos viejos cuadros, veo también una estantería de madera y, encima de ella, un jarrón. Lo reconozco: es el que hicimos el año pasado en artesanía. Dentro cabe alguna que otra flor seca, dado que es de cerámica, ¡pero está tan mal hecho que si metes agua dentro corres el riesgo de inundar el parquet y de hacer brotar en él, alguna flor!
Jorge no fue capaz de hacerlo bien, ¡tiene un montón de grietas! A mí me salió mejor, me pusieron un bien, pero luego, cuando lo llevé a casa desapareció. Tengo que averiguar qué pasó. Sospecho que mi hermana se lo regaló a alguno de sus novios y que incluso se inventó que lo hizo ella. En caso de que sea así, no sabe lo que se arriesga, porque abajo escribí Marina 1ºC. La verdad es que no importa, porque si eso llegase a ocurrir ella sabría salir airosa.
Bueno, veo una luz. La habitación que hay al fondo del pasillo tiene la puerta entornada. Hay un extraño silencio. Me acerco de puntillas y me apoyo en la puerta. Quizá no haya nadie. No, no. Miro por el hueco de la puerta, todos están allí, algunos sentados en la cama y otros en el suelo. Pero ¿a qué se debe ese silencio tan inusual?
-Ohhhh.
De repente se produce una exclamación de estupor y akgún que otro comentario que no condigo entende. Abro la puerta y todos se vuelven de golpe, asombrados, atónicos, mudos, casi asustados.
-¿Qué estais haciendo?
Jorge es el más rápido de todos.
-No, no, nada... -dice mientras trata de tapar lo que hay sobre la cama, en medio del grupo. Sólo que alguien la sujeta aderde y, gracias a eso, puedo verlo. Unas imágenes, unas fotografías y sin poder evitarlo me quedo boquiabierta.
-Nooo. No me lo puedo creer.
Tienen una revista porno, con hombres y mujeres desnudos.
Jorge intenta cerrar de nuevo la revista, pero Kike, que siempre ha sido un cerdo muerto de hambre al que conocemos de sobra todas mis amigas y yo, le sujeta el brazo.
-De eso nada, que mire, quizá así nos pueda dar su interpretación...-Y luego me escruta con cara de salido. Y sonríe, el muy cerdo. -¿Y bien, Marina? ¿Qué te parece?
Hago una mueca y sonrío con más malicia que él.
-Lo siento Kike, pero tengo mejores cosas que hacer ¿sabes? como tener vida social y tal...
Justo en ese momento siento una mano en mi hombro.
-¿Qué estáis haciendo, chicos?
Es la madre de Jorge.
La revista desaparece por arte de magia, acaba bajo la almohada de la cama y Kike se tira encima para sentarse sobre ella.
-¿Y tú, Marina, qué estabas diciendo?
-Decía que no está bien que os marcheis de esa manera...
-Pues sí, tiene razón.
-Sí, mamá, estábamos poniéndonos de acuerdo para el partido de fútbol que jugaremos el domingo...
-Sí, lo sé, Jorge, pero no es de buena educación. Vamos..., el resto del grupo está en la sla, venga, id a hablar allí.
De manera que, lentamente, uno detrás de otro, Kike, Jorge y el resto de los cachondos abandonan el cuarto y la madre cierra la puerta una vez han salido todos.
-Vamos, id a la sala, que voy a sacar la tarta.
-Sí, mamá.
Y ella esboza una sonrisa. Y Jorge vuelve a ser unos de los mejores niño del mundo. Al menos, eso es lo que cree su madre.
Bueno... otro capítulo terminado, en este a lo mejor esperábais otra historia, pero me decanté por esta JAJA, el próximo capítulo contaré el final de lo transcurrido en la fiesta.
Espero que os haya gustado, aunque es un poco corto.
Comentar plis (:
Kisses*
1 comentario:
¡Hola! me encanta tu blog!
Yo tambien tengo una historia, te podrias pasar, por favor? :) www.locagilipollasperoenamorada.blogspot.com
Tambien tengo un blog personal: www.princesa-sin-castillo.blogspot.com
Sigue asi!
Un besazo :3
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